jueves, 3 de diciembre de 2009

La reflexión de la semana...

Te dejamos a continuación la reflexión de la emisión N°17 de la Segunda Temporada de TENEDOR LIBRE, del jueves 3 de Diciembre de 2009, a manos de Estela Có...

VIVIR POR ELECCIÓN

(reflexión tomada de un Artículo de Diciembre de 2007 escrito por Jennifer Hoffman: intuitiva, sanadora espiritual, mentora, maestra y autora. )

¿Qué eliges pensar por la mañana al levantarte?
¿Eres consciente que puedes hacerlo? digo... elegir qué pensar...
¿Te conectas con tu propósito de bien-estar? ¿ó simplemente permites que se te agolpen en la mente todos los pensamientos a los que tú llamas "problemas"?

Todo en nuestra vida es un resultado. El resultado de una elección que hicimos en algún punto en el tiempo, incluyendo nuestra elección de estar en el planeta en este momento. Cada aspecto de nuestra realidad, desde las personas que elegimos como nuestros amigos hasta lo que comeremos en la cena de esta noche: es una elección. No existen elecciones grandes o pequeñas, no existen elecciones insignificantes y no existen elecciones accidentales. Ya sea que elijamos consciente o inconscientemente siempre estamos haciendo elecciones. Mientras que con frecuencia no somos conscientes de lo que elegimos, de lo que sí somos conscientes es de los resultados que obtenemos. Y prueba de ello es que juzgamos los resultados como buenos o malos, correctos o incorrectos y los juzgamos con muchas cosas fuera de nosotros, incluyendo la mala suerte, el mal momento, otras personas, pero con frecuencia no vemos la fuente real... las elecciones que hicimos.

Nuestras elecciones caen en dos categorías: conscientes o inconscientes. Las elecciones conscientes son las que consideran cada aspecto en el que podamos pensar y después, dejan una apertura para que ocurra lo milagroso. Tampoco tenemos expectativas de nuestras elecciones porque sabemos que el mejor resultado posible es lo que ocurrirá. De esta manera, estamos eligiendo sin limitaciones. Aquí también permitimos la posibilidad de que ocurra un pensamiento nuevo y diferente, en donde usamos el pasado sólo como una herramienta para crear resultados diferentes de los que hemos experimentado anteriormente. No consideramos el concepto de falla o errores, sino que usamos lo que hemos aprendido para guiar nuestras elecciones y producir resultados diferentes.
Elegir conscientemente es el mejor uso de nuestro poder. Por lo que, hasta que no seamos conscientes de nuestra habilidad para elegir y de la posibilidad de elección, elegimos inconscientemente. En este nivel podemos no estar conscientes de que tenemos elecciones disponibles para nosotros. Esto puede suceder cuando nos enfrentamos con una situación difícil o cuando nos sentimos impotentes. Desde una posición impotente no podemos ver más allá de un resultado o de una solución así que hacemos la elección basados en información limitada. Y el resultado es uno que nos limita de alguna forma o del que nos arrepentimos más adelante.

¿Quién hace elecciones por nosotros? Podemos hacer elecciones por nosotros mismos pero, con frecuencia, permitimos que los demás las hagan por nosotros. Hacemos esto eligiendo de creencias y percepciones pasadas, permitiendo que lo que los demás hayan dicho o hecho no recuerden nuestras decepciones y fallas de nuestro pasado. Aquí estamos eligiendo inconscientemente, sintiendo que no importa lo que hagamos en una situación: no funcionará para nuestro beneficio o que fallará de alguna forma. A veces nos damos por vencidos, permitiendo que otros hagan lo que quieran y después seguirlos nosotros. Generalmente ni siquiera estamos conscientes de que estamos dándole a los demás la habilidad de hacer elecciones por nosotros. Vemos los resultados de estos tipos de elecciones cuando recibimos el mismo resultado una y otra vez.

Si no nos damos cuenta de que constantemente estamos haciendo elecciones con cada pensamiento que tenemos y palabra que decimos podemos preguntarnos qué está sucediéndole a nuestra realidad cuando las cosas de repente parecen cambiar o salirse de control. Este es el resultado de elecciones que estamos haciendo y que podemos controlar estos eventos siendo conscientes del poder de nuestras palabras y pensamientos. Cada palabra y pensamiento tiene una energía creativa apegada a ellas. Hasta que hacemos las conexiones entre esta energía, nuestras elecciones y los resultados, podemos sentirnos impotentes. La palabra clave a recordar sobre nuestras elecciones es la Responsabilidad - somos responsables por nuestra realidad y por lo que sucede en ella. Todo fluye desde las elecciones que hacemos, incluso si no nos damos cuenta de que estamos eligiendo.

La clave para hacer elecciones que nos den los resultados que queramos es entender el concepto de estar en el momento presente. Cuando estamos en el presente, no estamos preocupados con el pasado y con lo que sucedió entonces. El pasado se convierte en un evento, una instantánea del resultado de una elección y podemos usar esa información sólo para hacer elecciones diferentes en el momento presente. De esta manera, evitamos usar los resultados que obtuvimos en el pasado para poder crear algo diferente en el futuro. Si una elección se nos presenta múltiples veces, simplemente, es una oportunidad para que elijamos algo diferente.

¿Estamos conscientes de las muchas áreas diferentes de elecciones que están disponibles para nosotros? Podemos elegir alegría, abundancia, amor o paz. También podemos elegir pena, carencia, miedo, impotencia y discordia. Lo que decimos y pensamos de nosotros mismos, de los demás y de nuestra realidad crea elecciones de las que podemos no estar conscientes. Sabemos lo que hemos elegido cuando experimentamos los resultados. Ya sea que veamos los resultados como buenos o malos, dañinos o benéficos, recordando que elegimos esto nos recuerda que la vida es una elección y siempre estamos eligiendo. ¿Cómo cambiamos nuestra realidad? Cuando hacemos elecciones diferentes, así elegimos conscientemente en lugar de inconscientemente, mantenemos nuestro enfoque en el presente en lugar del pasado y, recordamos que hay poder en todo lo que pensamos y que todo tiene un efecto.

Estar conscientes de nuestro poder para hacer elecciones y elegir cada aspecto de nuestra realidad nos permite a cada uno crear la realidad de nuestros sueños eligiendo conscientemente de manera exacta lo que queremos y después observar cómo ocurren las manifestaciones, saber que manifestaremos cada momento de nuestra realidad desde nuestras elecciones y cualesquiera que sean los resultados que logremos, son nuestra Responsabilidad.

La reflexión de la semana...

Te dejamos a continuación la reflexión de la emisión N°16 de la Segunda Temporada de TENEDOR LIBRE, del jueves 26 de Noviembre de 2009, a manos de Estela Có...

La vida como un espejo o el poder del espejo de las relaciones...

Hace un par de años atrás, alguien me hizo llegar esta reflexión y, hoy, con algunas de mis intervenciones en el texto, quiero compartirla con todos ustedes desde la otra mirada en tenedor libre:

Todos somos extensiones del campo universal de energía, distintos puntos de vista de una única entidad. Esto implica ver todas las cosas del mundo, a todas las personas del mundo, y darnos cuenta de que estamos mirando otra versión de nosotros mismos. Tú y yo somos lo mismo. Todo es lo mismo. Todos somos espejos de los demás y sería muy bueno para todos aprender a vernos en el reflejo de las demás personas. A esto se llama espejo de las relaciones. A través del espejo de una relación, descubro mi yo no circunscrito. Por esta razón, el desarrollo de las relaciones es la actividad más importante de mi vida. Todo lo que veo a mi alrededor es una expresión de mí mismo.

Las relaciones son una herramienta para la evolución espiritual cuya meta última es la unidad en la conciencia. Todos somos inevitablemente parte de la misma conciencia universal, pero los verdaderos avances tienen lugar cuando empezamos a reconocer esa conexión en nuestra vida cotidiana.

Las relaciones son una de las maneras más efectivas para alcanzar la unidad en la conciencia, porque siempre estamos envueltos en relaciones. Piensa en la red de relaciones que mantienes: padres, hijos, amigos, compañeros de trabajo, relaciones amorosas. Todas son, en esencia, experiencias espirituales. Cuando estás enamorado, romántica y profundamente enamorado, tienes una sensación de intemporalidad. En ese momento, estás en paz con la incertidumbre. Te sientes de maravilla, pero vulnerable; sientes cercanía pero también desprotección. Estás transformándote, cambiando, pero sin miedo. Te sientes maravillado. Ésa es una experiencia espiritual.

A través del espejo de las relaciones, de cada una de ellas, descubrimos estados prolongados de conciencia. Tanto aquellos a quienes amamos como aquellos por quienes sentimos rechazo, son espejos de nosotros. ¿Hacia quiénes nos sentimos atraídos? Hacia las personas que tienen características similares a las nuestras, pero eso no es todo. Queremos estar en su compañía porque subconscientemente sentimos que al hacerlo, nosotros podemos manifestar más de esas características. Del mismo modo, sentimos rechazo hacia las personas que nos reflejan las características que negamos en nosotros. Si sientes una fuerte reacción negativa hacia alguien, puedes estar seguro de que tú y esa persona tienen características en común, características que no estás dispuesto a aceptar. Si las aceptaras, no te molestarían.

Cuando reconocemos que podemos vernos en los demás, cada relación se convierte en una herramienta para evolución de nuestra conciencia. Gracias a esta evolución experimentamos estados extendidos de conciencia.

La próxima vez que te sientas atraído por alguien, pregúntate qué te atrajo. ¿Su belleza, gracia, elegancia, autoridad, poder o inteligencia? Cualquier cosa que haya sido, sé consciente de que esa característica también florece en ti. Si prestas atención a esos sentimientos podrás iniciar el proceso de convertirte en ti más plenamente.

Lo mismo se aplica a las personas hacia las que sientes rechazo. Al adoptar más plenamente tu verdadero yo, debes comprender y aceptar tus características menos atractivas. La naturaleza esencial del Universo es la coexistencia de valores opuestos. No puedes ser valeroso si no tienes a un cobarde en tu interior; no puedes ser generoso si no tienes a un tacaño; no puedes ser virtuoso si no tienes la capacidad para actuar con maldad.

Gastamos gran parte de nuestras vidas negando este lado oscuro y terminamos proyectando esas características oscuras en quienes nos rodean. ¿Has conocido personas que atraigan sistemáticamente a su vida a los sujetos equivocados? Normalmente, aquéllas no comprenden por qué les sucede esto una y otra vez, año tras año. No es que atraigan esa oscuridad; es que no están dispuestas a aprobarlas en sus propias vidas. Un encuentro con una persona que no te agrada es una oportunidad para aceptar la paradoja de la coexistencia de los opuestos; de descubrir una nueva faceta de ti. Es otro paso a favor del desarrollo de tu ser espiritual. Las personas más esclarecidas del mundo aceptan todo su potencial de luz y oscuridad. Cuando estás con alguien que reconoce y aprueba sus rasgos negativos, nunca te sientes juzgado. Esto sólo ocurre cuando las personas ven el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto, como características externas.

Cuando estamos dispuestos a aceptar los lados luminoso y oscuro de nuestro ser, podemos empezar a curarnos y a curar nuestras relaciones. Todos somos multidimensionales, omnidimensionales. Todo lo que existe en algún lugar del mundo también existe en nosotros. Cuando aceptamos esos distintos aspectos de nuestro ser, reconocemos nuestra conexión con la conciencia universal y expandimos nuestra conciencia personal.

Las características que distinguimos más claramente en los demás están presentes en nosotros. Cuando seamos capaces de ver en el espejo de las relaciones, podremos empezar a ver nuestro ser completo. Para esto es necesario estar en paz con nuestra ambigüedad, aceptar todos los aspectos de nosotros. Necesitamos reconocer, en un nivel profundo, que tener características negativas no significa que seamos imperfectos. Nadie tiene exclusivamente características positivas. La presencia de características negativas sólo significa que estamos completos; gracias a esa totalidad, podemos acceder más fácilmente a nuestro ser universal, no circunscrito.

Una vez que puedas verte en los demás, será mucho más fácil establecer contacto con ellos y, a través de esa conexión, descubrir la conciencia de la unidad. Éste es el poder del espejo de las relaciones